lunes, 21 de enero de 2013

¡Ya! No más dolor



Esta semana me entere de una noticia muy dolorosa, a mi prima “Chagua” Rosaura García, le amputaron una pierna, al no saber los detalles de cuál eran las razones de tan terrible situación, quienes la conocen sabe que es una mujer muy activa, una líder, yo pensé tan solo en el hecho de ser una persona tan inquieta, y verse en esa posición, pues resulta que antes de que le amputaran la pierna, ya le habían amputado un dedo, cuando la fui a visitar me contó, había tenido muchos dolores en esa pierna, que no la dejaban dormir, caminar, el dolor era como si animales le estuviesen arrancando pedazos de carne de la pierna y la solución que le dieron los médicos era el corte del miembro, esto era en la primera amputación, pero el dolor continuó en tal forma y magnitud que decidió que le amputaran la pierna, esto es mucho dolor, que tengas que escoger entre su pierna, que significa movilidad e ir a donde quiera y no tener esos terribles dolores, me afecta esta situación en mi corazón, por ser muy querida, no es que siento el mismo dolor en mi carne, sino que me duele el alma profundamente, y esto lo he vivido en  varias situaciones, hasta cuando mi esposa ha dado a luz, he tenido la bendición de darle la bienvenida a mis 2 hijos en la sala de parto, y he visto el dolor del alumbramiento.
Quiero hacerles referencia de un caso muy difícil que vivimos en la familia, mi hijo menor Rey David, es un niño muy inquieto y lleno de energía,  el sufrió una fractura patológica en el fémur izquierdo, cerca de la cadera, provocado por un tumor óseo que debilitó las capas del hueso, por lo que al caer desde su propia altura le ocasionó tal lesión, esto fue terrible para mi esposa y para mí, quien se puede imaginar, que desde esa altura se pueda lesionar un niño, en frente de nuestros ojos se cae y dice que le duele mucho y que no se podía parar, el niño cargaba puesto un pantalón y no podíamos ver la deformación causada por la fractura, cuando lo llevamos a casa y le fuimos a quitar el pantalón vimos la situación de la pierna, en ese momento no sabíamos que le había pasado, y llamamos a una ambulancia y nos asistieron, el niño no paraba de llorar y cada vez el corazón se nos llenaba de dolor, cuando se le dice lo que sucedió a los médicos que estaban de guardia, nos acusaron de que le habíamos golpeado con algún objeto, como un bate, para romper el fémur se necesita un impacto mayor, así que llenos de dolor y de paso acusados por los médicos practicantes, cuando el medico principal vio la radiografía, enseguida detectó el espacio en el hueso y la declara fractura patológica por enfermedad de base, solo le colocan una férula para sostener por debajo el hueso, los dolores eran muy fuertes,

 y Rey dejaba de llorar, por periodos cortos, una de esas noches, que ya no soportábamos el dolor, el en su pierna y nosotros en nuestro corazón, me pidió que le inyectaran algo para el dolor, y a él no le gusta las agujas, porque el dolor no lo dejaba dormir, y estaba cansado de tanto dolor, me encontré entre la espada y la pared cuando acudo a la enfermera y me dice que no se le puede colocar más nada, ya le habían colocado el calmante de la noche, sé que el Señor levantó a muchos intercesores, en Venezuela y fuera de nuestro país a favor de mi hijo, pero yo viví esta experiencia con el Señor Jesús, en medio de mi angustia, vino a mi mente lo que la palabra dice en Mateo 8:17: “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” Y al momento entendí que la solución no estaba en los médicos, ni en los medicamentos, sino en Él, esto es tan poderoso, que empecé a declarar esa palabra, con todas mis fuerzas en mi alma y espíritu, y empecé a caminar alrededor de su cama, mientras aun lloraba del dolor, salgo al pasillo declarando que el dolor ni la enfermedad no se enseñorean de Rey, volví a entrar y seguí declarando que Jesús se lleva todo dolor, 5 minutos después, se queda dormido, estuve a su lado despierto por un rato, hasta que el sueño y el cansancio me vencieron, a la mañana siguiente, en la cama de al lado, estaba un niño y lo acompañaba una muchacha evangélica, que echándole broma le dice a Celmira, Cristo viene, y enseguida Rey le dice: No, el no viene, el ya vino, pues se rieron y paso la cosa, luego mi esposa le pregunta ¿por qué dijiste eso? Y él le dice, que en la noche vio a Jesús, que estaba caminando alrededor de la cama y después lo paró para quitarle el yeso y lo abrazo, después de allí no le dolió más, a pesar que no tenía yeso, solo una férula para sostenerle más o menos los dos pedazos de huesos, porque los doctores no se atrevían a hacer nada por temor a el tumor que se veía en la placa, Él señor no solo le quitó el dolor, sino también se llevó la enfermedad, que era de muerte.
        
En Isaías 53 versos 3 dice: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.” Si alguien sabe de dolores es nuestro Señor Jesucristo, y por amor lo sufrió, para que nosotros no los padeciéramos, y en el verso 5 dice: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Nuestra herramienta de conversión de esta ocasión es aprender a confiar en el Señor y echar todas nuestras cargas en Él, en toda oración y suplicas, por lo que estoy plenamente convencido que veremos grandes cosas de parte de Dios, y tal vez veamos a nuestro Señor Jesucristo, como lo vio mi hijo Rey David, te animo a poner tu confianza en Jesús, Él se llevará toda dolencia y enfermedad.  




             Por: E.S. en el Pastor Alexander García.  


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